Por Eliud Salinas
Ser Freinet es tocarse el corazón, amar libremente lo que hacemos, llenar de rebeldía las caricias pedagógicas y los trazos armónicos de una didáctica insurgente. El pensamiento crítico no conoce fronteras; lucha por el fin de la guerra, es dialéctico y ambientalista. La teoría se convierte en arte y cultura; una luz que ilumina los rincones más oscuros, desde Tamazulapan, el corazón de la FECSM, con banderas de revolución. La bienvenida es eterna. Oaxaca abraza con el temple del Istmo, el sabor de la selva y el latir de la costa. México, nuestra tierra, su tierra, baila tanto un zapateado como cualquier danza del mundo. Tintineos estelares alumbran las tardes de lluvia café y reflexión. La pedagogía Freinet no es una credencial ni propiedad de alguien; es emancipación y fuerza colectiva anticapitalista. Militantes Freinet, disfruten de la fiesta y la vida. Saludos combativos desde Parral, Chihuahua, México, de Itza, Monse, Carmen, el próximo Bebé y Eliud. Aquí escribimos con rojo lo radicalmente posible.
Cartel de Barbara Eckley |
Este es un poco de contexto nacional. Sin embargo, aún hay esperanza. El latir unísono de la calidez Freinetiana es una plataforma donde se tejen las utopías en marcha rumbo a un mundo distinto. ¿Qué piensan?
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